Pequeña como tu fruto pequeño Eres
Pequeñas tus piernas que te condujeron a mí
y que yo ahora acaricio en lo suave de tu piel
Pequeños y casi diminutos tus labios que me besan y yo beso
con el divino placer de quien te desea
Pequeños tus gemidos de gata mansa
cuando llegas en cada íntima entrega
Cuando me deslizo por los tejados de tus senos, de tus glúteos y tu espalda
acariciando cada dedo de tus pies o ese otro lugar que te excita
en el silencio de nuestras horas
Amor abrasador que nos fue prohibido pero que nos damos en secreto
entregándonos cada día de tenaz lluvia o de sudorosa habitación
enlazados con nuestras piernas, nuestros sexos y nuestros suspiros
y recorriendo con el maullido de tus palabras y mis gestos sigilosos
cada parte de tu cuerpo curvo que hago mío
cada parte de mi cuerpo moreno que haces tuya
hasta llenarnos callados y llenarnos
Pequeña como tu fruto pequeño Eres
Hoy absorbo la grandeza de tu cuerpo y tu pasión
y caminamos silenciosos de regreso por las calles quietas de tierra y polvo
con la satisfacción tejida en nuestros rostros y en nuestra piel
Las nubes dejan caer ahora diluviales aguas
y nuestros pecados se lavan con la lluvia
Hasta otro día
Otro día
Día
¿Dí?
Del poemario inédito: "Salmos del amor amado y otros cantos"
De: Miguel Granado-Troconis