5 de septiembre de 2009

Gal Costa. Como un dia de Domingo

"Salmo uno" del poemario: "Salmos del Amor amado y otros Cantos"



Salmo Uno

Bienaventurado el varón que visitó las piernas cálidas
de la mujer que despertó su corazón apasionado
Que anduvo entre caminos de pecadores por la mujer que enamoró su alma
asaltándola cada noche o cada tarde en el lecho que la guarda
en busca de su encanto y del amor de ella
Que descubrió su naturaleza cuando Dios los hizo
dándose en Ley Divina a lo divino de su pasión
y supo ganar en cada cauteloso encuentro
la deliciosa desnudez del cuerpo de la mujer amada
Que extrajo de sus senos la savia y de su boca el gemido de su fuego
entregándose en cada encuentro como si fuera el último
Plantando su sexo como robusto árbol en las orillas de sus labios lujuriosos
y en lo profundo de su húmeda vagina
tomando de sus aguas el mejor calor y de su voz el mejor suspiro
Fruto que el tiempo nos quita en su placer
y que como hoja seca cae

Desventurado aquel
que en su vida nunca se atrevió a retozar en otras camas
Amar otros cuerpos seductores de mujer
arrancarle sus pequeñas prendas y saltar todas sus fronteras
porque él nunca conocerá el reino de esos cielos
Porque en el Juicio celestial no tendrá ni defensas ni inculpaciones
por haber temido al sagrado acto del goce del amor
Ellos no ganarán el reino de este mundo ni el lecho de otras
pues ellas conocen el camino de los castos
Ellos no vivirán el placer de sus besos, ni las delicias de sus piernas o sus caricias
No conocerán la sensualidad de sus glúteos ni el delicioso olor a jazmín de su piel
A ellos, les serán negados el paraíso de sus senos y la gloria de su amor

Sus besos sólo serán saludos de golondrinas.



Del poemario inédito: "Salmos del Amor amado y otros Cantos"
De:  Miguel Granado-Troconis